martes, 16 de julio de 2019

CUANDO FUI UN GREMLIN




      Llevo unos días contando lo que sucedió en julio de 2016 cuando inmersa en pleno proceso de oposiciones salió la nota de la primera parte, tenía una buena nota y un buen baremo, el máximo 10, y todo el mundo empezó a decirme que podría tener una plaza, algo para lo que no estaba preparada.

      En ese momento no fui consciente del nivel de estrés al que me enfrenté y el que me creé y que ha durado 3 años produciendo sintomatologías y enfermedades entre otras cosas.

      Estos días estoy viviendo de nuevo esa situación, viendo cómo amigos, compañeros y alumnos están sufriendo estos picos de estrés.

     Vi cómo al salir las notas del primer examen se derrumbaron, se hundieron y no entendían qué había sucedido, y veo ahora a los que están preparando la siguiente fase llorando sin sentido, enfadados por cualquier tontería o gritando a los que tienen más cerca (pobres de los familiares con opositores cerca, ahí se demuestra cuánto se les quiere).


      No somos conscientes de todo lo que conllevan estás oposiciones para maestros de la escuela pública hasta que estamos dentro, es muy difícil que las personas desde fuera pueden hacerse una idea, son años de preparación a la vez que se trabaja o que se tiene una familia (eso si no lo has paralizado todo a tener una plaza).

     Además estamos hablando de unas oposiciones totalmente subjetivas, diferentes en cada comunidad autónoma, en cada provincia y en cada especialidad, donde los tribunales no son preparados para la labor que van a desempeñar (esa lotería en la que entramos todos y nos da pánico una vez que somos funcionarios definitivos), en las que no existe un temario claro, ni unos criterios de corrección ni de realización de las pruebas, celebradas en espacios y tiempos que no ayudan, en definitiva un desastre de proceso bastante mal planificado y lo más triste es que no avanzamos.

     Este año que ha habido elecciones generales y autonómicas, hemos oído hablar del famoso MIR educativo, ese que cada partido político quiere implantar a su manera y que, al igual que pasa con todos los temas educativos, no llegarán a acuerdos.

     Qué esperamos sin no llegan a acordar una ley educativa.

     Pero esta vuelta a mi blog está dedicada a todos esos opositores que estos días están en mi vida por una razón u otra, a esos que les voy a comprar materiales, que mi madre les cose un trapito, que su primo les fabrica una caja o su hermano les pinta unas fichas, que su pareja les lleva al niño para que tomen el pecho, que su padre les acompaña al instituto cargando la bolsa de ikea o que su madre les lleva el tupper para que coman algo porque no pueden moverse del sitio.



      A todos vosotros, recordad que una plaza no os define, que sois mucho más, sois buenos docentes y podéis demostrarlo como interinos, y que desde luego unos días malos se pueden pasar, pero que hay otras muchas cosas que valorar y nos damos cuenta demasiado tarde.



  VA POR VOSOTROS MAESTROS OPOSITORES