martes, 19 de junio de 2018

AL COLE EN VERANO

Resultado de imagen de niños de vacaciones 

    Hace unos días, Ciudadanos proponía mantener abiertos los colegios al final de junio y principio de septiembre para poder conciliar de esta forma la vida familiar.

     Que por cierto en Aragón a través del programa abierto en vacaciones ya se está llevando a cabo en algunos centros públicos donde existe la demanda.

     Sé que se trata de un tema complicado y entiendo que muchas familias al llegar las vacaciones de los niños tengan problemas de organización (yo desde mañana soy tía a media jornada y porque estoy de baja, sino serían los abuelos los encargados), pero la solución no está en que los niños permanezcan más horas en los centros escolares, sino en que la sociedad debe de tomar otro rumbo, tienen que producirse cambios a otros niveles, mucho más complicados, pero no imposibles. 

     Como leí en twitter "Conciliar es que los padres puedan pasar más tiempo con sus hijos, no los docentes con sus alumnos".

     No sería normal que se solicitasen medidas para conciliar mejor, un reparto más equitativo del calendario escolar, más posibilidades de permisos, reducciones de jornadas,... Otras opciones en definitiva para que las familias puedan permanecer juntas, no los niños con sus maestros.

     Os dejo el enlace a la noticia         AL COLEGIO EN VERANO


LOS GURÚS EDUCATIVOS

 

   Durante los últimos días en las redes sociales se ha abierto un debate que se veía venir entre algunos "gurús" educativos y maestros y profesores.

    Todo se ha iniciado cuando David Calle, profesor de YouTube nominado al Global Teacher Prize, hizo unas declaraciones que después ha matizado, pero que en su momento fueron a mi parecer muy poco acertadas.


   Yo llevo mucho tiempo reflexionado sobre este tema, pues como un amigo me dijo hace un tiempo soy una "yonki del conocimiento", lo reconozco, tengo un problema con el aprendizaje, asisto a todo tipo de formación que cae en mi poder y en los últimos tiempos estoy viendo cómo está cambiando.

     Asisto a actividades donde tengo que tocar, hacer el "payaso", expresar o jugar con desconocidos, que seguro que estas técnicas son valiosas, no lo dudo, pero que cada uno debido a nuestras características personales, pueden resultar más o menos incómodas. En mi caso concreto voy para aprender o profundizar sobre ciertos temas, no para conocer gente ni divertirme, eso lo hago yo cuando y con quien quiero. Como dice Jordi Martí "El eduentertainment se nos va de las manos". 

     Por otro lado, está el tema central de este artículo, los gurús educativos, esos que no han pisado un aula o que hace más de 10 años que ya no lo hacen y nos dicen cómo tenemos que actuar en nuestras aulas a los que sí que estamos en ellas día a día.

    Y comparto la idea que escuché hace poco de que parte de la culpa de que haya tanto gurú que se crea en posición de decir la primera sandez que se le ocurre es también nuestra, porque llevamos demasiado tiempo haciéndoles caso y jugando al juego que les conviene a las empresas que los aúpan.

     Tomo algunas de las palabras de Nando López en facebook que reflejan la situación. Este curso he visitado más de 100 institutos de toda España donde me han llamado para hablar de alguno de mis libros. Y sí, he encontrado profesores que se quejan de ciertas situaciones. Pero no porque sean "pesimistas ni perezosos", sino porque les duelen (mucho) sus alumnos. Docentes que trabajan en centros de difícil desempeño con alumnado en riesgo de exclusión social. Docentes que han lidiado con situaciones de maltrato familiar en algunos de sus estudiantes. Docentes que piden ayuda a las instituciones y sólo obtienen silencio. Docentes con 300 alumnos al año que hacen malabares para darles una educación personalizada. Con 30 estudiantes o más por aula. Con un orientador para todos los alumnos del centro. Con una burocracia que no deja de aumentar y unos medios que no dejan de decrecer. Docentes desprestigiados por medios y empresas interesados en ello. De quienes se cuestionan la formación, la preparación o el método de acceso. A quienes se infravalora en 1 tuit o en 1 artículo y se compara con otros países sin analizar las realidades socioculturales de ambos. Docentes que sobreviven a leyes educativas impuestas sin consenso y de manera chapucera y precipitada. Que luchan contra los guetos que se están creando día a día gracias a medidas segregadoras que convierten a muchos de sus alumnos en carne de cañón. Docentes a quienes este año he visto llorar de impotencia -sí, literalmente- después de confesarme que no saben cómo sacar adelante a parte de su alumnado y que están agotados de darse de bruces con realidades sociales que los superan y ante las que no encuentran apoyos. Y claro que hay docentes que no se esfuerzan tanto. Y docentes que yo no querría en el aula. ¿En algún oficio todos sus profesionales son intachables? Seamos críticos -y autocríticos- con eso, pero no echemos por tierra a todo un gremio ni creamos que denunciar es pesimismo. Denunciar es pelear por lo que es justo. Y lo que es justo es que todos nuestros alumnos, tengan el contexto social y familiar que tengan, puedan acceder a las mismas oportunidades. Que la educación sea la herramienta que les permita construirse, crecer, mejorar. Hay demasiadas vidas allí como para mordernos los labios y no pelear por ellas. Porque son sus vidas. Son nuestros alumnos. Y es su -nuestro- futuro.

     Pero también han sido muy acertadas las de Toni Solano en su blog al que os dejo enlace

  MALOS HUMOS

     Llevo ya trabajando 20 cursos y algo común a todos ellos es el ver cómo nos enfrentamos entre nosotros, cómo la sociedad nos desprestigia, cómo intentamos cambiar pero encontramos trabas de todo tipo, cómo desde las administraciones no se valora la educación y no se nos apoya,... Pero desde la aparición de estos personajes, las divisiones y enfrentamientos son más notables, algo tendrán que ver.



domingo, 3 de junio de 2018

SENDEROS. ESCUELAS QUE ACOMPAÑAN



   Ayer tuve el lujo y el placer de asistir a una formación en el CIFE María de Ávila de Zaragoza, organizado por un claustro diverso, el del CPI Senderos.



      Fue una de esas actividades que te "llegan", de las que quieres más y que te hacen replantearte tu propia forma de ser y de actuar y aún más la educación que quieres. En este proceso yo ya llevo un tiempo de reflexión y experiencias como la de ayer me hacen replantearme aún más mis pensamientos. Resultó ser una mañana dura debido a mi estado actual, pero mereció la pena el esfuerzo sin duda.

    Necesitamos mucha más formación en este sentido, primero como personas y como docentes y después para poder ponerla en práctica en el aula con nuestros alumnos.

     En los últimos tiempos, se nos está ofreciendo formación relacionada con estas líneas que viene de entidades privadas, pero no podemos seguir gastando nuestros sueldos en ello, creo que la DGA y en concreto la parte de formación del profesorado, debería de tomar nota de que un sábado a finales de curso, más de 160 personas se apuntaron a esta I Jornada y más de la mitad se quedaron fuera. Y los asistentes pedimos más, con calma como hay que hacerlo, con tiempo para reflexión, con ayudas para que después se puedan llevar al aula,...  Al final, todo ello repercute en la mejora de la escuela pública y en la educación de los niños que es por quien lo hacemos todo.








     La forma además de "hacernos ser los alumnos" pasando por los talleres y los ambientes, fue todo un acierto y eso que hubo problemas con las inscripciones y algunos terminamos en talleres que no habíamos elegido, pero que en mi caso me hicieron poder sentir en mi propia persona ese "acompañamiento".

      Llegué a un taller de música en el que había que moverse, saltar, cantar y no parar y en mi estado, era complicado. Le conté a Carla que era quien lo llevaba mi situación y durante el tiempo que duró la actividad noté esa mirada, ese cuidado en la otra persona, ese acompañamiento del que nos había hablado Patricia. Sentí lo que cualquiera de mis alumnos deberían de sentir y fue una experiencia preciosa que me hizo pensar. 


     Cuando hablo de innovación, para mí es esto, es trabajar las emociones, es manipular, actuar, es respetar los ritmos, los intereses, respetar las diferencias, es cambiar la mirada, en definitiva es dejar ser.

     Concluyo diciendo que esta es la escuela que quiero para mí y para todos los niños y como dijo alguien ayer, "si no podemos crear estos colegios, tomemos los ya existentes", el cambio se puede conseguir poco a poco y con personas implicadas y ayer creo que quedó claro que en ese proceso estamos muchos. 


       Tengo que dar las gracias a Carol Calvo por compartir conmigo sus fotos, pues  algo sucedió con mi móvil y la mayoría de las que yo hice, se perdieron. Esto es parte de la verdadera magia de nuestro trabajo, las redes que se forman al compartir.