jueves, 12 de septiembre de 2019

QUIERO UN CALENDARIO ESCOLAR LAICO

(Imagen del ayuntamiento de Épila)

      Llevo bastante tiempo dándole vueltas en la cabeza a este tema, pero desde el comienzo de curso, me está rondando mucho más. 

      No tenemos bastante con tener religiones varias en las escuelas, con todo lo que ello conlleva  como que giren los horarios en torno a ellas, que algunos alumnos se marchen del aula para dar religión, mientras sus compañeros están en asignaturas troncales,... que tenemos que tener las festividades del curso en torno a las religiosas.
     
     Si, ya lo sé, es cultura, es tradición, ... y todo lo que me queráis contar, pero no es lógico que los niños dispongan de periodos vacacionales largos y seguidos en algún trimestre, y que otros sean larguísimos y no puedan descansar en medio.

     Y os preguntaréis por qué justo ahora me ha venido a la mente de nuevo este tema, pues os lo voy a contar. 

     Como muchos ya sabéis, yo trabajo en Épila y este curso, las festividades a decidir por cada localidad, han sido 4 locales (ninguna provincial), y las 4 religiosas, pero eso no es lo peor, es que son la semana que viene, cuando los niños acaban de venir de las vacaciones de verano, están ilusionados con la vuelta y con las pilas recargadas a tope. La semana que viene tendremos fiesta el martes, el jueves y  el viernes (encima con un salto que parece una "semana margarita") y en cambio en el segundo trimestre no tendremos ningún periodo vacacional para que puedan descansar. Ya no te digo si hablamos de la adaptación de los alumnos nuevos al centro, sobre todo los de 3 años, pocos días se tienen de entrada escalonada, pero ahora no van a servir de nada, pues al terminarla, volverán a estar en casa y luego vuelta a vincularse con la escuela. 

     Para cuándo unas festividades repartidas igualitariamente en los trimestres independientemente de cuándo sean las religiosas. 


domingo, 1 de septiembre de 2019

REFLEXIONES


     Los que me conocéis de hace mucho tiempo enseguida habréis sabido por qué empiezo esta publicación con esta foto de tal día como hoy en 2012. Fue un curso que comenzaba y que marcó mi vida profesional en muchos aspectos, pero sobre todo me empujó a llegar al lugar donde estoy hoy, pues un Decreto de Interinos me llevó a tomar una decisión que cambiaría mi vida 3 años después.

     Mucha gente me pregunta qué tal llevo eso de tener una plaza y estar quieta en un colegio. Son aquellos que mejor me conocen y que saben que yo decidí ser interina, quería trabajar en diferentes colegios, aprender de compañeros diversos, cambiar cada curso de alumnos y familias, moverme de un lugar a otro,... es cierto que todo esto podía hacerlo por el "lujo" que suponía estar entre las primeras posiciones de la lista de interinos (es lo que tiene ser algo mayor y comenzar este curso mi número 20, vaya, igual tengo que celebrar esta fecha redonda).

     Retomando la historia, según aquel "Decretazo" yo podía dejar de trabajar, y aquello no entraba en mis planes, así que decidí presentarme por primera vez a las oposiciones (hasta ese momento solo había ido a firmar) y aprobé, aunque no llegué a conseguir una plaza, pero estaba tranquila porque aquella nota me permitía trabajar durante 2 cursos más sin miedo. Pero no mejoró la situación en nuestra comunidad, así que pensé que en serio tenía que presentarme a las oposiciones y esta vez con un objetivo claro. Con unas amigas nos apuntamos a una preparadora y el resto ya lo sabéis: curso de prácticas en el CEIP Ramón y Cajal de La Joyosa seguido de una comisión de servicios que me permitieron aprender lo bueno y lo malo de innovar y el curso pasado cambio a mi centro de destino definitivo, el CEIP Mariano Gaspar Remiro de Épila y aquí voy a pararme un momento pues todo este rollo era la introducción de mi publicación.

     Elegí mi colegio dentro de mis primeras opciones, no llegué de rebote, no era de los que pones al final deseando que no te toquen. Era un colegio en el que yo ya había trabajado en el curso 2013/2014 y que a pesar de ser algo diferente, me gustaba y además estaba cerca de casa, todo cuenta.

     Somos un centro diferente digamos, pero bueno hay muchos otros centros diferentes por diversas causas en nuestra comunidad: población, situación geográfica, ratios, dotaciones, recursos,... y cada uno nos adecuamos a nuestra realidad, pero últimamente estoy bastante enfadada con la administración por cómo está llevando a cabo ciertos programas u otros.

     En nuestra localidad hay un IES que está catalogado de difícil desempeño, pero nuestro cole no, algo que no comprendemos, pero que es así.
Algunos os preguntaréis qué interés tengo en esta cuestión, pues es muy sencilla, el que el profesorado llegase a través de comisiones de servicio, que pidiese este centro sabiendo bien dónde viene y cómo trabajamos.
Por cierto que tenemos un equipo directivo nuevo y un nuevo proyecto muy prometedor.
Tenemos altos índices de alumnos con dificultades y necesidades especiales derivados de motivos variados, pero contamos con una dotación de recursos bastante justa para atenderlos, lo sé, cómo en muchos otros centros, pero algunos tienen más y podemos aspirar a ello creo en vez de conformarnos.
En cuanto a formación e innovación qué decir, solicitamos programas como el "Mira y Actúa" y nos los deniegan porque nunca antes hemos participado o porque no tenemos nada que ofrecer, digo yo que primero habría que formarse en algo, especializarse y después "venderse" y para ello igual teníamos que ir aunque a cambio no ofrezcamos nada y desde luego pienso que habría que intentar ir gran variedad de colegios, no siempre los mismos.
Yo como soy una "friki" de la formación seguiré intentando participar en este y otros programas, pero dan ganas de dejarlo y no participar.

     Y retomando ese tema de la formación, los que estáis conmigo hace tiempo, sabéis que aunque he tenido que llevar a cabo algunas modificaciones a lo largo de los últimos años, sigo siendo una "friki de la formación" como alguien me catalogó hace tiempo con bastante razón.
No paro de leer sobre educación, asisto a múltiples formaciones que últimamente me suponen un gasto económico considerable muchas de ellas, aunque otras no y todas ellas son interesantes.

Voy a hacer aquí un paréntesis, igual desde la administración podrían plantear  algún tipo de ayudas para estos "desembolsos" que hacemos los docentes y que al final repercuten en la mejora de la escuela pública que ellos organizan y mandan, ahí lo dejo. (Abajo una foto de parte de mi biblioteca de casa, la que corresponde a educación y faltan libros que tengo prestados)


     Tengo una necesidad imperiosa de aprender. De cambiar mi punto de vista, de observar las cosas desde múltiples perspectivas, de reorientar mi trabajo,... pero con mucho cuidado también porque en los últimos tiempos se nos "está yendo la pinza" con la innovación.


    Como dice Mar Romera en su libro La escuela que quiero: "innovar no viene de mano de tabletas digitales ni de metodologías importadas del otro lado del charco (aunque todo puede ayudar), viene de la trasformación de los maestros y las maestras, casi me atrevo a decir que la clave está en la persona, en el ser, no en el saber, aunque para ser sea necesario saber, y mucho. Enriquecer, escuchar para crecer, acompañar la vida de un niño solo puede estar en manos de quien ha hecho el mismo proceso consigo mismo. la educación será la herramienta que hará mejor el planeta, una sociedad realmente social y más justa. la educación será lo que permita el desarrollo de TODOS y TODAS, no solo de unos pocos, de los que dan la talla según índices preestablecidos o de los que tienen más recursos. La innovación no es una cuestión técnica, es una cuestión ideológica (que no política), es una cuestión de creatividad a la hora de construir otra escuela, reconociendo siempre los pilares de la que tenemos y los valores de todas y cada una de sus aportaciones a lo largo de la historia. La escuela innovadora del siglo XXI es la que es capaz de mirar con ojos de niño, es la que empodera a su alumnado y a su profesorado, es la que trabaja en equipo y favorece los cambios"   



Buen comienzo de curso a todos mañana compañeros.



LIBROS Y MÁS LIBROS


(Imagen de Universia.net)

     Vuelvo a la carga con otro puñadito de libros leídos de los que os voy a contar mis impresiones. 

     Comienzo por uno sobre TIC/TAC que hace tiempo que no leía ninguno sobre esta temática. Es un libro que nos lleva por el camino de la creación de "artefactos digitales" útiles para el aula, a la vez que propone usos para los mismos. Está bastante bien para aquellos que quieran iniciarse en digitalizar su aula.                  



     El siguiente es el de Tomás Ortiz. Conocí al autor a través de Martín Pinos por una sugerencia que me dio para el CEIP Ramón y Cajal de La Joyosa hace un par de cursos. El libro fue curioso porque lo gané en un concurso de facebook antes de estar editado. En primavera pude disfrutar de una charla suya en el CP Juan de Lanuza. En este libro explica detenidamente cómo llevar a cabo su metódo, el HERVAT en las aulas, a la vez que lo justifica. El método es para primaria inicialmente, pero como todo, se puede adaptar fácilmente a infantil. Además ya sabéis que me ha dado por la neurociencia.



     Hace ya tiempo que me había leído este libro, pero lo he vuelto a recuperar porque quería consultar unas cosillas (esto me pasa muy a menudo). Es totalmente recomendable para todas aquellas personas que les haya picado el gusanillo de Reggio Emilia y es uno de los primeros que hay que leer.  


     Mi amiga Cristina Frías me recomendó este libro y lo compré, así soy yo y más si me lo recomienda ella. No tenía muy claro qué me iba a encontrar y ha sido una sorpresa. Es un libro destinado más para familias que para educadores, pero también nos sirve. Ayuda a darnos cuenta de cómo en el día a día y desde el mismo nacimiento de los niños y niñas les estamos "catalogando" por razón de sexo. Tiene un par de capítulos muy recomendables para docentes y desde luego me gusta porque como otros muchos, nos ayuda a replantear muchas cosas. Hay que seguir apostando por la igualdad social. 


     Y el último fue también otra recomendación. Lo compré y otros habían ido relegándolo a un segundo plano, pero por fin ha llegado su momento. En estos tiempos en los que tanto se habla de educación emocional en las aulas, poco se hace de cómo el docente tiene también que trabajar con ella. Todo aquello con lo que llegamos a las clases por la mañana afecta a nuestros alumnos y alumnas. Somos modelos. Este libro es una guía que nos ayuda en esa labor. La autora tiene experiencia en el tema y otros artículos y documentos muy interesantes.