lunes, 12 de febrero de 2018

TODOS NO QUEREMOS SER ALPARTIR

     Un poco al hilo de la entrada que acabo de colgar acerca de la "modelización" de la enseñanza, voy a plasmar aquí algunas ideas que llevan tiempo en mi cabeza.

     Durante algún tiempo se nos han mostrado unos modelos de escuelas ejemplo para todos los demás, pero hay que tener en cuenta que todos somos diferentes, cada contexto cultural, social y personal no tiene que ver con los demás y en mi opinión, ahí está la verdadera riqueza de la escuela pública, su esencia.

    No es lo mismo:

  • un centro con muchos interinos que otro con personal definitivo
  • tener un 80% de inmigración que un 10%
  • ser rural o ser urbano
  • tener un claustro participativo a otro que no lo sea
  • tener horario continuo o partido
  • que el ayuntamiento de la localidad subvencione o que no recibas ayudas
  • que haya un AMPA o dos o ninguna
  • que tu cole esté al borde de la supresión de algún docente o que tengas hasta de apoyo
  • que tengas 3, 2, 1 o ninguna vía
  • y así podría seguir enumerando muchas otras cosas más
    Por eso creo que cada colegio es un mundo, que cada uno debe evolucionar porque eso sí creo que deberíamos hacerlo todos, pero cada uno debería de hacer una observación previa de su contexto y su situación actual y a partir de allí comenzar su cambio, su modificación, pero sin tomar un ejemplo, sino tratando de adaptar para sí mismo aquellas metodologías, técnicas o métodos de enseñanza que crea que le vayan a ser válidas, que después con el tiempo ya se verá si se ha equivocado o ha acertado, pero así también se da el aprendizaje, por ensayo/error. 

    Y sobre todo para mí un factor importantísimo es contar con el claustro, que muestren sus inquietudes, sus necesidades, sus ganas, sus miedos o sus "especialidades", y que a través del diálogo se vaya llegando a consensos, algo imprescindible antes de cualquier proceso de cambio, pues no olvidemos que la transformación para ser válida tiene que ser conjunta, de centro, no de partes pues al final surgen los roces y los problemas y el agotamiento en la mayoría de los casos comienza a pasar factura y todos los fueguitos quedan en eso, fueguitos que no llegan a encender una hoguera.  

      Además todo pasito a pasito, que las prisas no son buenas.




    NOTA: Tomo el CEIP Ramón y Cajal de Alpartir en el título de la entrada como podría poner el nombre de muchos otros centros de Aragón en este momento, no se entienda que tengo nada contra ellos.

6 comentarios:

  1. Así es. Cada colegio tiene sus múltiples caras, difíciles de encajar. Estar a la última a veces supone saber ceder, saber ser demócrata, saber explicsr y compartir la información, aun a costa de que no salgan las cosas como uno quiere.
    Claro que no quiero ser como nadie. Con ser libre me conformo

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    1. Muchas gracias por tu comentario, sabes que tu opinión es importante

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  2. Que razón tienes Raquel! No en todos los coles funciona lo mismo, ni los resultados son tan maravillosos... Pero es que muchos no se paran a pensar en la realidad educativa de cada centro.
    Deberíamos valorar un poquito más esos coles que afrontan realidades muy complicadas y lo sacan adelante aunque no sea con los mejores resultados de la comunidad.

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    1. Gracias por tu aportación, son muchos los centros que están haciendo cosas muy chulas, pero no quieren promocionarse tanto o no tienen los medios necesarios

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  3. Claro que influyen muchos factores, y entre ellos, has nombrado uno, para mi, uno primordial, y es el interés por mejorar, por participar y hacer de tu cole, uno, un poquito mejor. Poco a poco, sin pausa pero sin prisa.

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    1. Poco a poco lo conseguiremos o por lo menos podremos decir que lo hemos intentado

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