martes, 19 de junio de 2018

LOS GURÚS EDUCATIVOS

 

   Durante los últimos días en las redes sociales se ha abierto un debate que se veía venir entre algunos "gurús" educativos y maestros y profesores.

    Todo se ha iniciado cuando David Calle, profesor de YouTube nominado al Global Teacher Prize, hizo unas declaraciones que después ha matizado, pero que en su momento fueron a mi parecer muy poco acertadas.


   Yo llevo mucho tiempo reflexionado sobre este tema, pues como un amigo me dijo hace un tiempo soy una "yonki del conocimiento", lo reconozco, tengo un problema con el aprendizaje, asisto a todo tipo de formación que cae en mi poder y en los últimos tiempos estoy viendo cómo está cambiando.

     Asisto a actividades donde tengo que tocar, hacer el "payaso", expresar o jugar con desconocidos, que seguro que estas técnicas son valiosas, no lo dudo, pero que cada uno debido a nuestras características personales, pueden resultar más o menos incómodas. En mi caso concreto voy para aprender o profundizar sobre ciertos temas, no para conocer gente ni divertirme, eso lo hago yo cuando y con quien quiero. Como dice Jordi Martí "El eduentertainment se nos va de las manos". 

     Por otro lado, está el tema central de este artículo, los gurús educativos, esos que no han pisado un aula o que hace más de 10 años que ya no lo hacen y nos dicen cómo tenemos que actuar en nuestras aulas a los que sí que estamos en ellas día a día.

    Y comparto la idea que escuché hace poco de que parte de la culpa de que haya tanto gurú que se crea en posición de decir la primera sandez que se le ocurre es también nuestra, porque llevamos demasiado tiempo haciéndoles caso y jugando al juego que les conviene a las empresas que los aúpan.

     Tomo algunas de las palabras de Nando López en facebook que reflejan la situación. Este curso he visitado más de 100 institutos de toda España donde me han llamado para hablar de alguno de mis libros. Y sí, he encontrado profesores que se quejan de ciertas situaciones. Pero no porque sean "pesimistas ni perezosos", sino porque les duelen (mucho) sus alumnos. Docentes que trabajan en centros de difícil desempeño con alumnado en riesgo de exclusión social. Docentes que han lidiado con situaciones de maltrato familiar en algunos de sus estudiantes. Docentes que piden ayuda a las instituciones y sólo obtienen silencio. Docentes con 300 alumnos al año que hacen malabares para darles una educación personalizada. Con 30 estudiantes o más por aula. Con un orientador para todos los alumnos del centro. Con una burocracia que no deja de aumentar y unos medios que no dejan de decrecer. Docentes desprestigiados por medios y empresas interesados en ello. De quienes se cuestionan la formación, la preparación o el método de acceso. A quienes se infravalora en 1 tuit o en 1 artículo y se compara con otros países sin analizar las realidades socioculturales de ambos. Docentes que sobreviven a leyes educativas impuestas sin consenso y de manera chapucera y precipitada. Que luchan contra los guetos que se están creando día a día gracias a medidas segregadoras que convierten a muchos de sus alumnos en carne de cañón. Docentes a quienes este año he visto llorar de impotencia -sí, literalmente- después de confesarme que no saben cómo sacar adelante a parte de su alumnado y que están agotados de darse de bruces con realidades sociales que los superan y ante las que no encuentran apoyos. Y claro que hay docentes que no se esfuerzan tanto. Y docentes que yo no querría en el aula. ¿En algún oficio todos sus profesionales son intachables? Seamos críticos -y autocríticos- con eso, pero no echemos por tierra a todo un gremio ni creamos que denunciar es pesimismo. Denunciar es pelear por lo que es justo. Y lo que es justo es que todos nuestros alumnos, tengan el contexto social y familiar que tengan, puedan acceder a las mismas oportunidades. Que la educación sea la herramienta que les permita construirse, crecer, mejorar. Hay demasiadas vidas allí como para mordernos los labios y no pelear por ellas. Porque son sus vidas. Son nuestros alumnos. Y es su -nuestro- futuro.

     Pero también han sido muy acertadas las de Toni Solano en su blog al que os dejo enlace

  MALOS HUMOS

     Llevo ya trabajando 20 cursos y algo común a todos ellos es el ver cómo nos enfrentamos entre nosotros, cómo la sociedad nos desprestigia, cómo intentamos cambiar pero encontramos trabas de todo tipo, cómo desde las administraciones no se valora la educación y no se nos apoya,... Pero desde la aparición de estos personajes, las divisiones y enfrentamientos son más notables, algo tendrán que ver.



No hay comentarios:

Publicar un comentario