LA VERDADERA INNOVACIÓN

      Voy a comenzar esta entrada con las palabras de Fernando J. López de su libro "Dilo en voz alta y nos reímos todos". Por cierto que sus novelas publicadas como Nando López os las recomiendo al 100%.

      "Esa imperfección, por supuesto, siempre tiene un mismo culpable: el profesor del nivel anterior. La cadena funciona así: los profesores universitarios se quejan y culpan a los de Bachillerato, los de Bachillerato se quejan y culpan a los de la ESO, los de la ESO se quejan y culpan a los de Primaria, los de Primaria se quejan y culpan a los de Infantil y los de Infantil se quejan y culpan a..., bueno, como a ellos no les queda nadie a quien echarle la culpa, suelen quejarse poco y trabajar mucho (aunque seamos uno de los países que menos valora su importantísima labor)."

     Hablamos mucho de innovación, metodologías, TIC/TAC,... pero para mí lo más importante en educación es el trabajo en equipo. "Un cole es lo que son sus maestros, un cole lo hacen los maestros y funciona con ellos" esta frase de mi amigo Íñigo es muy descriptiva y a la vez muy triste, pues se nos olvida muchas veces.

     En educación hay que trabajar de la mano, remar en el mismo sentido, y más hoy en día, cuando se nos está intentando desprestigiar tanto con noticias casi diarias.

     Pero retomando las palabras de Fernando y su libro y después de estas impresiones personales, sobre lo que quería escribir unas palabras es sobre la coordinación entre profesionales.
 
     Hace unos días se han realizado las oposiciones a maestros en nuestra comunidad autónoma y una de las preguntas que los miembros de algunos tribunales hacían a los opositores tras defender su programación y unidad didáctica era cómo se coordinaban con el resto de maestros que intervenían en sus aulas.

     Para mí es importantísima la coordinación, ese trabajo en equipo con todos esos compañeros que entran en mi aula o que trabajan con mis alumnos fuera de ella, pero el máximo logro que tenemos pendiente es la coordinación entre etapas. Ese momento en que la educación infantil pueda dejar de ser una preparación para primaria y esta sea una continuación de la primera, pero todo consensuado entre maestros, pensado, meditado, con ideas claras y siempre teniendo en cuenta el bien de los niños.

      Esa será la verdadera innovación en educación, cuando consigamos coordinarnos entre etapas a través de un buen trabajo en equipo.